Cuando miramos el mundo, lo vemos a través de nuestros ojos. Éstos actúan de intermediarios: reciben, enfocan y transmiten la información fotónica del mundo a nuestra corteza occipital que, tras otras sucesivas interpretaciones neurales, hace que la luz se haga visible a nosotros; que seamos conscientes de que vemos. Al igual que los ojos tienen cristalinos que le permiten esa función intermediaria de enfoque de la realidad, los otros sentidos que nos ayudan a percibir la realidad tienen “enfocadores”: el tímpano para el oído, la mucosa amarilla para el olfato, la saliva para el gusto o la epidermis para el tacto. Pese a este hecho conocido por todos, poco se habla sobre los “enfocadores” lingüísticos (que deberían también ser bien evidentes) que hacen de intermediarios en nuestra comprensión de la realidad que nos rodea. Estamos hablando de los conceptos. ¿Qué … Leer más